La opción no es devastar.

El paro en España ha superado por primera vez en la historia los seis millones de parados. Dentro de los colectivos más afectados están el más de millón y medio de hogares en el que todos sus miembros en activo se encuentra en situación de paro. 

Todas las comunidades autónomas españolas han visto incrementadas las cifras de desempleados siendo Andalucía la que experimenta una mayor subida (31.100).

El desempleo entre los jóvenes llega hasta un 52,7%, algo estremecedor a tenor de la importancia para la economía actual y futura de este sector de la población.

Parece que, dibujando este panorama nos encontráramos en un baldío, en una tierra de nadie donde la supervivencia se hace cada vez más complicada y difícil. Sobran ejemplos de familias enteras avocadas al ‘fracaso’ de la supervivencia. Basta ver situaciones donde la desesperación ha desembocado en dramáticas consecuencias personales difíciles de imaginar en países como el nuestro.

Ahora bien: ¿ha merecido la pena haber experimentado 15 meses de duros ajustes para acabar así, en la más completa desolación?. Las cifras apunta claramente a que  no.

 

Y todo ello contrasta con la obsesión continua de los gobiernos más conservadores empeñados en que la austeridad y el superávit nos llevará al buen camino. Toda una paradoja: vamos en el buen camino mientras el empobrecimiento social se hace generalizado.

Mientras todo esto sucede, la Unión Europea ve mermado su proyecto de cohesión que la originó. Paises como Alemania a las puertas de unas elecciones parecen tener ahora poco margen de maniobra. Otras regiones europeas simple y llanamente están en la UCI. Y lo peor de todo: aún le queda mucho tiempo para salir del coma. 

Grecia, Portugal, España, Italia son hoy símbolos de supuesto despilfarro y de un sistema, el capitalista que ha visto en ellos el más profundo de los fracaso. Ahora se ha de actuar más y analizar menos los motivos y ahondar en medidas reales que nos ayuden a salir en buenas condiciones de esta  crisis. Hay que ejecutar una nueva hoja de ruta.

¿Cual es la opción de cambio?: diversos economistas apuntan a un cambio en el rumbo de la economía europea; a un cambio radical en el programa de austeridad desarrollado por países como España que no han hecho más que romper derechos sociales, hipotecarnos aún más y empobrecernos hasta niveles nunca vistos. Estos mismos expertos coinciden con los sociólogos en el hecho de vaticinar un estallido social si ls situación sigue avanzando contra las clases medias trabajadoras a este nivel.

En conclusión: la opción no es devastar lo que se ha creado, sino obedecer a intereses sociales mejorando las estructuras creadas durante tanto tiempo.

La austeridad nos está empujando al austericidio y sólo la presión social continuada clara y pública podrá mejorar a Gobiernos neoconservadores que ponen delante los intereses del capital a los sociales.

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